Atención Psicológica a Personas Mayores

Cuidados de Ancianos

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Atención y cuidados de las personas mayores.

Todos hemos tenido la experiencia de conocer o convivir con personas mayores y sabemos  que no siempre la relación con ellas es fácil.

La tarea de cuidar a diario a una persona mayor durante largos periodos de tiempo  es una experiencia, en muchas ocasiones  fatigosa e incluso agotadora para quien asume llevar a cabo sus cuidados.

En este trabajo fue realizado para intentar ofrecer  una herramienta al cuidador de personas mayores para comprenderles y por tanto llevar a cabo sus cuidados hacia ellas, de una forma más respetuosa, eficaz y saludable para ambos: la que cuida y el cuidado.

“Llega un momento en la vida que entre toda la gente que úno conoce o ha conocido, los muertos superan a los que siguen viviendo; los supervivientes rechazan aceptar caras nuevas, expresiones nuevas, sobre cada cara nueva el sobreviviente encuentra las huellas de las viejas formas…”.

 Italo Calvino  “Invisible Cities”.

 

Vídeo sobre «Atención psicológica a personas mayores».

 

¿Quiénes son las personas mayores?

Se suele considerar como personas mayores, a las que tienen más de 65 años de edad o se han jubilado. El aumento de la esperanza de vida en los países occidentales ha hecho que el número, de las llamadas personas mayores se incremente de forma notable.

A finales del año pasado la prestigiosa revista Lancet, publicó un artículo donde ponía de manifiesto que la esperanza de vida de la población española era diez años mayor que la población mundial.

Las mujeres españolas tienen una esperanza de vida de 85 años, frente a los 75 años de promedio de la población mundial. Las mujeres españolas solamente son superadas en longevidad por las nacidas en Japón, Singapur y Andorra.

Los varones españoles no se quedan atrás, y si la esperanza de vida de la población mundial es de 70 años, los españoles llegan a los 80 años, siendo superados por los nativos de Singapur, Japón, Islandia y Australia.

Si comparamos estas cifras con las del siglo pasado, podemos observar como la esperanza de vida ha mejorado en 10 años (respecto a 1970) tanto en hombres como mujeres, pero la esperanza de vida de ellas es cinco años mayor que la de los varones.

Personas mayores

Personas necesitadas de asistencia.

Estas cifras no significan que todos los mayores de sesenta y cinco años, precisen cuidados y atenciones especiales. Por fortuna, la calidad de vida ha mejorado en paralelo con la mayor longevidad. Los jubilados españoles del 2017 se parecen poco a los de la mitad del siglo pasado. Su salud ha mejorado considerablemente. Pese a ello, enfermedades como el Síndrome de Alzheimer, los accidentes cerebrovasculares agudos, la EPOC y los procesos articulares degenerativos son algunas de las principales causas de discapacidad en la población mayor de 65 años.

Al prolongarse la vida más años, problemas como el deterioro cognitivo cobran una gran importancia y afectan cada vez a un mayor número de personas. Durante los años de la fuerte crisis económica que nos ha tocado vivir, el número de pacientes ingresados en residencias de la tercera edad ha disminuido, porque muchos de ellos se iban a vivir con familiares en situación de paro. Sin embargo, todo parece indicar que el número de personas ingresadas en residencias irá en aumento y cada vez serán necesarios más recursos para atender a estas personas.

Problemas psicológicos de las personas mayores.

Los cambios fisiológicos que aparecen con la vejez, comportan, así mismo, una serie de trastornos psicológicos. Podemos destacar algunos de ellos:

La pérdida de autoestima.

La jubilación en muchos casos, supone un descanso deseado y merecido. En otros es una obligación impuesta por la edad. Para la persona, que ha volcado toda su vida en el trabajo, y tras su jubilación, no puede dedicarse a ello, puede ser un golpe muy duro. Esa persona, que se sentía querida en la medida que se considera útil y necesitada, puede vivir la jubilación como un doloroso traumatismo. Es fácil que empiece a pensar “que ya no sirve para nada”. Puede creer que “ya no le necesita nadie”, o peor aún “que ahora es un estorbo para sus familiares”.

Estos sentimientos pueden verse potenciados por la pérdida del status social, y por una disminución del poder adquisitivo. Si el sujeto, no sabe adaptarse a la nueva situación y reorientar su vida, es probable que acabe desarrollando una depresión.

El ejercicio, la participación en grupos, el desarrollo de nuevas aficiones o los viajes, pueden ser excelentes herramientas para recuperar la autoestima pérdida.

Atención psicológica a personas mayores

Trastornos depresivos.

La depresión en las personas mayores en una situación muy frecuente. Hay muchos factores que contribuyen a la aparición de cuadros depresivos:

– La muerte de seres queridos.

– La soledad, el sentirse abandonado por sus familiares.

– La pérdida de autoestima.

– La pérdida de poder adquisitivo y en ocasiones también la pérdida del status social.

– La coexistencia con enfermedades crónicas que originan dolor y pérdida de autonomía.

Una de las principales complicaciones de estos trastornos depresivos, cuando no son diagnosticados o tratados, es el suicidio. Muchos ancianos, deprimidos, que se sienten abandonados, buscan en el suicidio una salida para su sufrimiento. Es imprescindible un diagnóstico precoz y correcto tratamiento psicológico para evitar el riego de suicidio en personas ancianas deprimidas.

Trastornos de ansiedad.

Las personas mayores se vuelven más vulnerables, en la medida que su pérdida de facultades se ven disminuidas. Los problemas diarios (familiares, económicos, de salud…) conllevan un estrés, al que ya no son capaces de hacer frente. Este aumento del estrés diario, les hace especialmente frágiles y propicia la aparición de trastornos de ansiedad. Saber detectar estos trastornos en fases precoces es fundamental para aplicar la psicoterapia adecuada.

El insomnio.

Los trastornos del sueño en el anciano son tan frecuentes, que muchas veces damos por hecho, que es algo natural. Las personas mayores duermen menos. Un bebé se pasa casi todo el día durmiendo. Conforme crece y se desarrolla cada vez necesita menos horas de sueño. Pero el que una persona anciana, necesite dormir menos, no significa que no necesite descansar.

Las alteraciones del sueño pueden ser de dos tipos:

– Una dificultad para iniciar el sueño.

– Un despertar precoz con incapacidad para una posterior reanudación del sueño.

Tanto una como otra, son muy frecuentes en los ancianos. En muchos casos van unidos a los dos problemas citados anteriormente: la depresión y los trastornos de ansiedad.

Depresión en el anciano

El deterioro cognitivo.

Pocas enfermedades hay tan crueles como la demencia y el deterioro cognitivo. Es una enfermedad especialmente dura para los familiares. Poco a poco, ven como sus seres queridos van perdiendo la memoria y dejan de reconocerlos. Sufren trastornos de pensamiento y alteraciones de carácter. Al final quedan reducidos a una vaga sombra de la persona que fueron antes de la enfermedad.

La principal causa del deterioro cognitivo es la demencia senil, que aparece ligada al deterioro cerebral producido por la edad. En otras casos el deterioro cognitivo aparece de forma mucho más precoz, como en la enfermedad de Alzheimer. Otra de las enfermedades neurológicas más frecuentes, como la enfermedad de Parkinson, puede acabar desarrollando un cuadro demencial.

Referencias.

Autor:

Augusto Castaño RecioPsique Psicólogos Illescas

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